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El objetivos de la ley es regular el acompañamiento seguro a las personas ingresadas al sistema público de salud afectadas por coronavirus y en los que la valoración clínica haga prever que se encuentra al final de la vida, previo a la situación de agonía y muerte.
Por ello busca: avanzar en la humanización la asistencia al final de la vida en el entorno hospitalario de personas afectadas Covid-19; garantizar la despedida al final de la vida de familiares o entornos afectivos de la persona ingresada; contribuir al desarrollo de un duelo menos traumático y prevenir duelos patológicos; contribuir al logro del control de la enfermedad Covid-19.
La autoridad de aplicación de la ley será el Ministerio de Salud Pública de la provincia que deberá habilitar un canal de denuncia sobre la presente ley y dictar los protocolos correspondientes a efectos de garantizar el derecho de acompañamiento a los pacientes hospitalizados por Covid-19 en condición de final de vida. Para ello, se dispondrá la creación de un “Sendero Libre y Seguro” que comprenderá desde la entrada hasta la salida del hospital en que se encuentre internado el paciente con coronavirus.
La ley establece que cuando se determine la situación próxima al final de la vida según la evolución clínica de la persona, el médico responsable del paciente se comunicará con la familia o persona designada por el paciente, y ofrecerá la posibilidad acompañamiento en las condiciones establecidas, informándole del procedimiento a seguir y de los riesgos de la visita, quedando constancia por escrito en la historia clínica del paciente.
Por su parte, el acompañante recibirá el material de protección adecuado en función del riesgo determinado en la habitación para garantizar su seguridad y la del resto del personal sanitario con quien pueda tener contacto, recibiendo además instrucción para el uso correcto del material de protección suministrado, sobre higiene de manos y uso del gel hidroalcohólico, limitación de movimientos y la necesidad de abstenerse de tocar superficies. Como mínimo el paciente deberá ingresar con camisolín, repelente de fluidos, barbijo quirúrgico, protección ocular o facial, guantes, botas y cofia.
Además, durante todo el proceso los afectados recibirán, si así lo requieran, asistencia psicológica a través del programa de acompañamiento telefónico establecido al efecto, conforme lo defina la autoridad de aplicación.
La diputada Liliana Spoljaric observó en el Recinto que dadas las circunstancias que se viven debido a la pandemia “hay muchas personas de avanzada edad que fallecen víctimas de este virus y no se pueden despedir, hay un duelo patológico, las familias no se pueden acercar a ese ser querido, por eso nos pareció importante este proyecto, porque hay un vacío en este protocolo, queremos como seres humanos humanizar la medicina, somos seres emocionales, vivimos en una cultura que rinde una ceremonia a la muerte, hay una serie de rituales que para muchos son importantes”.
Livio Gutiérrez coincidió en señalar “estamos poniendo a la humanidad un poco por arriba del protocolo, porque tiene que ver con los derechos naturales y las cuestiones afectivas de una persona, cuando una persona está en terapia intensiva no puede hablar, ni comer, pero escucha y ese escucharse solo, sin contacto, sin ningún, familiar le puedo asegurar que su estado de salud se agrava, por eso la necesidad de la contención humana” y agregó “este protocolo va ayudar a los médicos que también necesitan este tipo de normativas para poder brindar contención en casos especiales”.
El diputado Juan Manuel Pedrini recordó que “este es un tema que se viene tratando en Argentina, evidentemente es una ley humanizante, existe un protocolo del Ministerio de Salud de la Nación que se público ayer y un protocolo en la provincia que no sabíamos que estaba vigente del hospital Perrando”.
Luis El Halli Obeid observó “en mi visión de medico es difícil poner en un proyecto de ley un protocolo porque los protocolos tienen que tener la flexibilidad de poder modificarse, aún más en una enfermedad como el COVID, pero para esto existe el comité de bioética, no lo veo mal me parece una muy buena iniciativa, pero en medicina legislar protocolos no sería correcto”.
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