En lo personal creo que la vía es la organización, la unidad y solidaridad entre nosotras, pero también la responsabilidad en el rol de dirigentes mujeres en el desempeño social y político.
El tiempo nos permite advertir que el camino no es lineal, pero que los avances existen. Hoy la participación y protagonismo de las mujeres en distintos ámbitos de la vida pública, con seguridad y firmeza pone en primer plano el valor de la política como espacio, como herramienta transformadora y transversal.
No nos quedemos en el discurso, apostemos a la educación de calidad que promueva oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, es la base para mejorar la vida de las personas y la verdadera forma de incluir en igual de condiciones.
Hay que seguir avanzado en una sociedad más justa y equitativa, cerrar la brecha de inclusión en la sociedad, alejarse de las grietas que solo fomentan violencia, invertir de manera responsable para que las niñas y niños tengan acceso en igualdad de condiciones y tengan la posibilidad de insertarse socialmente en una equidad genuina para un futuro mejor. Pero sin olvidarnos de acompañar a las Mujeres Adultas Mayores, ya que son más vulnerables y su calidad de vida muchas veces se ve deteriorada por falta de recursos y protección institucional. Reivindiquemos sus derechos y promovamos la actividad en la vejez.
El mes de Marzo, es un mes de reflexión y debate, pero también de acciones porque los derechos se garantizan y se conquistan trabajando, y en ese sentido quiero invitar a la juventud a ser parte, seamos protagonistas de nuestro destino.