La legisladora indica la trata de personas se sitúa como el tercer negocio más lucrativo a nivel mundial, sin embargo, los procesos judiciales y las condenas en este ámbito representan cifras insignificantes, añade que esta cuestión es una realidad que requiere el compromiso conjunto de toda la sociedad para combatirla, como así también de rigurosas políticas de estado; las víctimas necesitan manos extendidas para rescatarlas y restituirlas a la sociedad, sin prejuicios ni estigmas. Las víctimas de tratas deben dejar de ser invisibilizadas, ser un número más dentro de las estadísticas, para ser visibles como personas de derecho a las cuales los estados tienen la obligación de protegerlas, asistirlas.